Cuando el antiguo médico Hipócrates dijo esto, hace más de 2000 años, no estaba muy equivocado. En realidad, el sistema gastrointestinal es una parte importante de nuestro sistema inmunitario y forma una red compleja y un mecanismo de defensa que fomenta nuestra resistencia frente al mundo exterior. La primera línea de defensa en nuestro intestino es disponer de una microbiota intestinal sana. Al conocer mejor estos microrresidentes de nuestro sistema intestinal, podemos buscar maneras para mantener la integridad de nuestro intestino y fomentar un cambio positivo para nuestro bienestar general.
Armonía sofisticada
Nuestro intestino contiene billones de bacterias vivas en comparación con el resto del cuerpo, lo que crea un ecosistema sofisticado denominado microbiota, que se ve regulado por una armonía lógica de los microorganismos. Algunos de estos organismos vivos son bacterias beneficiosas que queremos tener en nuestro sistema, mientras que otras son o pueden volverse dañinas. El intestino mantiene un delicado equilibrio entre las dos. La salud de nuestra microbiota intestinal depende de esta diversidad y equilibrio bacterianos. Cuantas más bacterias buenas tengamos, más contribuyen a un buen metabolismo fomentando el equilibrio de la flora sana y enfrentándose a organismos dañinos.
Una microbiota intestinal diversa consta de distintos tipos de microorganismos que coexisten en nuestro hábitat intestinal. La composición y diversidad de nuestras bacterias intestinales dependen de nuestra genética y numerosos factores medioambientales, de los cuales la dieta es uno de los principales contribuyentes. El equilibrio y la diversidad de la comunidad bacteriana que reside en nuestro intestino es un indicador de una microbiota sana. Por desgracia, algunos de nosotros podemos disponer de una cantidad inadecuada de bacterias beneficiosas, un desequilibrio de bacterias dañinas o falta de diversidad bacteriana.
Problemas del mundo moderno
Los patrones de alimentación y del estilo de vida, malas elecciones con respecto al estilo de vida y el estrés son algunos de los principales factores que repercuten e influyen en la diversidad bacteriana de nuestro intestino. El deterioro en la biodiversidad de nuestra microbiota altera el equilibrio intestinal, lo que causa una disbiosis que puede producir otros problemas posteriores y también trastornos gastrointestinales.
Dado que uno de los principales factores de la salud de nuestro organismo es la fuerza y el equilibrio de nuestra microbiota intestinal, disponer de una flora intestinal equilibrada es importante para un buen sistema inmunitario y el bienestar en general. En caso de que se produzca una pérdida del equilibrio debido a una dieta inadecuada, un tratamiento o una enfermedad, los probióticos pueden ser de gran ayuda. Los probióticos pueden colonizar el intestino y unir fuerzas con las bacterias buenas frente a las dañinas. Además, los probióticos pueden ayudar a repoblar nuestra microbiota con bacterias buenas y mantener el equilibrio de la flora intestinal. Obviamente, junto con la ayuda de los probióticos, también es fundamental cambiar a una dieta más sana, ser físicamente activos y buscar maneras de lidiar con el estrés para mejorar nuestro bienestar general.
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